Como un niño, que aprende a clamar antes de amar, y a llorar antes que a orar, así soy yo.

sábado, 31 de enero de 2009

La eternidad















El tiempo es una de las cuestiones filosóficas más tratadas. El continuo que se manifiesta en el tiempo, entre el pasado y el futuro, siendo que el presente ya es pasado y el futuro no ha llegado, importa sea denominado el número del movimiento en el sentido que debe ser dividido en partes, pero algunas de sus partes ya han sido, y algunas están por venir, y otras no son). A Dios se aplica el que ha sido, es y será (Platón), pero de un modo inapropiado. Pues Dios en realidad es. (Yo soy el que soy, le dijo Dios a Moisés en el Monte sagrado, cuando le preguntó éste por su nombre). En los tiempos existencialistas modernos se ha analizado innumerables veces, midiendo de muchas maneras, psicológicas (angustiosas), matemáticas, físicas, el tiempo, pero pocos se preguntan por su naturaleza. Es algo connatural, vivimos en el tiempo, pero sabemos que si algo no hubiese sido, no habría pasado, y si no fuera a ocurrir no habría futuro. Según Santo Tomás, el ahora es al tiempo lo que el móvil al movimiento. Lo que permanece es el ser que es uno como sujeto. El tiempo lleva a degeneración , pues se aplica a los seres corpóreos. No hay un tiempo abstracto y absoluto, a diferencia de lo que mantenía Newton y luego Kant, con la diferencia de que éste lo aplicaba como categoría del entendimiento. Einstein, da un paso más hablando de la relación del continuo tiempo con el espacio, si bien deja de lado el aspecto ontológico, antes mencionado. Además el espacio es un continuo en acto, mientras que el tiempo se va haciendo. Dado que el movimiento es acto de la potencia en cuanto tal, y en Dios no hay potencia pues es el Acto Puro de Ser, en Dios no hay movimiento. Al ser los seres incorpóreos (los ángeles) compuestos (de acto de ser y esencia) tienen principio, pero no tienen fin, y ese tiempo se le llama evo. En cuanto a su ser natural se miden por el evo, en cuanto a su participación de la eternidad de Dios, son eternos por la visión beatífica. Y ahí hemos llegado, pues ni ojo vió ni oido oyó lo que tiene Dios preparado para los que le siguen.

4 comentarios:

lojeda dijo...

Te doy la bienvenida al mundo bloguero. Te he conocido por el blog de Angel (Ayuda de juego y adicciones).
Si quieres pásate por mi blog. Serás bienvenido.
Un saludo.

Guerrera de la LUZ dijo...

Mmmmmm ni ojo vió ni oído oyó...
qué emoción!!! lo que nos espera.
Besitos Alvaro.

Alvaro dijo...

Lojeda, gracias por venir. Yo conocí a Angel a tu través, en uno de tus blogs, y me impresionó la hondura de su pensamiento en torno a la posibilidad de recuperarse de esa enfermedad de la adición. Luego he mantenido su amistad. Verdad que es admirable?. Un abrazo!

Alvaro dijo...

Guerrera. Qué gozada pensar en esa eternidad... (Para siempre, para siempre, decía Santa Teresa de niña a su hermano). Hablan de inmovilidad, pero es por la perfección del amor gozoso en el que participas!. Los que hemos experimentado ese amor, sabemos que cualquier sufrimiento de acá no es nada comparado a un instante de la alegría de la fe.

 
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