ALVARO

Como un niño, que aprende a clamar antes de amar, y a llorar antes que a orar, así soy yo.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

La Trinidad Santísima II

Hace seis meses escribí sobre este día (09-09-09) dedicado a la Santísima Trinidad, y quiero solamente enlazaros, comentando lo que ocurrió curiosamente. Se hicieron 13 comentarios, pero es que el último lo hizo alguien que no conozco pero como puso que le enlazara y no tengo ni idea de enlaces, y se leia que era algo inmobiliario, ni le contesté. Ahora, releyendo el post, he visto que habian 13 comentarios...(13 Unidad y Trinidad, como decia en el post). ¿Coincidencia? Eran 12 normales, que tampoco estaba mal. Podían ser 14 (si le hubiera contestado), que tambien era interesante, pero Alguien quiso que fueran el 1 y el 3. Un beso a mis antiguos sequidores, y perdonad que no he escrito más en estos meses, dedicados más al trabajo. Un saludo a todos.

sábado, 20 de junio de 2009

Dama de corazones



Hoy es el día de los enamorados de la Virgen. Pues festejamos su Corazón Inmaculado. La fidelidad de la Virgen es tal que nos tiene como hijos a pesar de ser pecadores. Pero no sólo hijos, como los de la carne, sino mucho más intensos, del espíritu, de la oración y el sacrificio, de la Corredentora por excelencia, de quien ha conseguido de Dios, Uno y Trino, una cierta co-(re)creación. Que seamos, sin más. Sin Ella nada es posible, es la Mediadora de todas las gracias. ¿Cómo no quererla...?. pero más bien, ¿cómo no corresponder día a día a tanto amor, dando lo que somos para fundirnos en un abrazo definitivo, cuando muramos?. Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan grandiosa Belleza, a ti Celestial Princesa, Virgen Sagrada María, te ofrecemos en este día, alma vida y corazón, míranos con compasión, no nos dejes, Madre mía.

domingo, 7 de junio de 2009

CORAZONES PARTIDOS


Que nos armemos de paz. Lucha continua. Eso es lo que debemos hacer este mes del Sagrado Corazón de Jesús. Contamos con las armas: la oración, los sacrificios, la contemplación de los misterios del Rosario, la Presencia omnisciente de Dios, el abandono de niños, la Confesión frecuente, la Sagrada Comunión. Y la amistad. Voy a poner a mover ahora mismo en plan "general" esos medios para derrotar al enemigo. Dios es amigo. Es misericordioso, por eso nos hace sufrir. Sufrimos por amor. Sufrimos por nuestros pecados. Quien más sufre es quien más capacidad de amar tiene. Pues los animales no sufren, no son conscientes del propio dolor, sino que lo reciben y lo rechazan, pero no lo reflexionan, ni lo asumen y ni son capaces de ofrecerlo como fecundidad del grano de trigo que muere. No hay mejor amigo que el que da la vida por el amigo. No es un corazón de chocolate o de caramelo el que se nos da, sino de paz, alegría, amor."Corazones partidos, yo no los quiero; si le doy el mío, lo doy entero". Así reza una canción popular española.


Traigo a colación el ofrecimiento de la Madre Teresa al Corazón de Jesús, y sus padecimientos, en la carta que escribió al padre Picachy, un mes antes de yo nacer. Es desgarrador, pero fruto de una experiencia de dolor y amor que es propio de los más grandes santos:


"Señor, Dios mío, ¿quién soy yo para que Tú me abandones? La niña de Tu amor–y ahora convertida en la más odiada–la que Tú has desechado como despreciada–no amada. Llamo, me aferro, yo quiero–y no hay Nadie que conteste–no hay Nadie a Quien yo me pueda aferrar–no, Nadie.–Sola. La oscuridad es tan oscura– y yo estoy sola.–Despreciada, abandonada.–La soledad del corazón que quiere el amor es insoportable.–¿Dónde está mi fe?–Incluso en lo más profundo, todo dentro, no hay nada sino vacío y oscuridad.–Dios mío–qué doloroso es este dolor desconocido. Duele sin cesar.–No tengo fe.–No me atrevo a pronunciar las palabras y pensamientos que se agolpan en mi corazón–y me hacen sufrir una agonía indecible. Tantas preguntas sin respuesta viven dentro de mí–me da miedo descubrirlas– a causa de la blasfemia.–Si Dios existe, por favor perdóname.–Confío en que todo esto terminará en el Cielo con Jesús.–Cuando intento elevar mis pensamientos al Cielo–hay un vacío tan acusador que esos mismos pensamientos regresan como cuchillos afilados e hieren mi alma.–Amor–la palabra–no trae nada.–Se me dice que Dios me ama–y sin embargo la realidad de la oscuridad y de la frialdad y del vacío es tan grande que nada mueve mi alma. Antes de que comenzara la obra–había tanta unión–amor–fe–confianza–oración–sacrificio.–¿Me equivoqué al entregarme ciegamente a la llamada del Sagrado Corazón? La obra no es una duda–porque estoy convencida de que es Suya y no mía.–No siento–en mi corazón no hay el más mínimo pensamiento o tentación de atribuirme algo de la obra.Todo el tiempo sonriendo.–Las Hermanas y la gente hacen comentarios de este tipo.–Ellos piensan que mi fe, mi confianza y mi amor llenan todo mi ser y que la intimidad con Dios y la unión a Su voluntad impregnan mi corazón.–Si supiesen–cómo mi alegría es el manto bajo el que cubro el vacío y la miseria.A pesar de todo–esta oscuridad y este vacío no son tan dolorosos como el anhelo de Dios.–Esta contradicción, lo temo, va a desequilibrarme.–¿Qué estás haciendo Dios mío con una tan pequeña? Cuando pediste imprimir Tu Pasión en mi corazón–¿ésta es la respuesta?"


¿Acaso se nos va a juzgar por la fe que tenemos o por las dudas que tenemos?, no. Por el amor. Se acaba el año paulino, y no está de más quedarnos con estas palabras eternas: "Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los angeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo estruendoso. Aunque tuviera el don de profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera una fe como para mover montañas, si no tengo amor no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve. El amor es paciente, es servicial, no es envidioso ni busca aparentar, no es orgulloso ni actua con bajeza, no busca su interes, no se irrita, sino que deja atras las ofensas y las perdona, nunca se alegra de la injusticia, y siempre se alegra de la verdad. Todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca terminará. Las profecias seran eliminadas, el don de lenguas terminará, el conocimiento sera eliminado. Porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías limitadas. Cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto será eliminado. Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; al hacerme adulto, abandoné las cosas de niño. Ahora vemos como en un mal espejo, confusamente, después veremos cara a cara. Ahora conozco a medias, después conoceré tan bien como Dios me conoce a mi.. Ahora nos quedan tres cosas: la fe, la esperanza, el amor. Pero la mas grande de todas es el amor" .

miércoles, 27 de mayo de 2009

El Rosario de mi abuela



Mi abuela me regaló el día de mi Primera Comunión un Rosario. ¿Qué será de él?. Seguro que forma parte de la colección de Rosarios que tiene mi madre en una pared de su cuarto. Ella, mi única abuela que llegué a conocer, Manuela, era muy religiosa. Todos sus hijos y yernos, y nietos, que llegábamos a ser más de cincuenta, veníamos a verla un mes del verano de cada año, todos juntos, en Burgos. Allí empecé a montar en bici, a conocer los galgos, a enarmorarme de una prima, hoy importante política, a recitar el Credo (Mi abuela se sentaba en una silla en las inmediaciones de la puerta del jardín, y alguien me dijo estos caramelos los da la abuela si aprendes el Credo, y en un santiamén, lo aprendí y lo recité de carrerilla, supongo ante la atónita mirada de ella, aunque yo casi ni me atrevía a mirarla, de lo autoritaria y seria que era, muy mayor, por ser mi padre el más joven de sus hijos. Tambien aprendí a rezar el Rosario, con las rodillas en tierra en el Primer Misterio y las letanías, que quedaban las señales de las alfombras de esparto que se usaban. Vino a mi Primera Comunión, como decía antes, y me regaló, sin decirme ni pio, un Rosario. Se me quedó mirando y yo a ella. Fueron momentos trascendentales. Nunca me olvido de su expresión seria. A mi me prepararon de un modo significativamente rápido lo que era la solemnidad de la celebración. Yo sabía qué era, pero no cómo. Así que me dijeron de corrido qué debía decir: Renuncio a Satanás a sus pompas y a sus obras... a mí todo eso me parecía un sinsentido. Yo acabé diciendo Renuncio a Satanás a sus pompas y a sus compas. Una risa al unísono debió oirse, pero yo no me enteré. Le pedí a Jesús por mis hermanos y mis padres. Aprendí que debía pedir muchas cosas. Tenia siete años. La Seño, la que nos ayudaba a criarnos, me dice que un dia en San Sebastian, yo con cuatro años, crucé sin avisar la calle y me dirigí a un fraile, le cogía la cruz atada a la cintura, con una especie de Rosario ceñido a la cintura, y lo besé, sin decir nada, y me volví a mi sitio, eso sí cruzando una calle. (Entonces no circulaban muchos coches, claro). ¿Qué es lo que hace que haga estas cosas un niño pequeñin?. ¿Por qué rezo siempre por las noches el Jesusito de mi vida, sabiendo que le agrada a Jesús y se lo hago rezar a mis hijos?. La Tradición es algo esencial en el Cristianismo. No se puede perder de vista que la fe se transmite por tradición oral. Algunos se les infunde el Espíritu Santo de un modo especial, en otros actua silenciosamente, pero no por ello, de un modo menos efectivo. La Comunión de los Santos es eso. Unos ayudan de un modo, otros de otro, pero todos se benefician de las acciones que realizamos. Tambien los pecados nos perjudican a todos. Pero sabemos que Cristo ha vencido el pecado. Somos Cuerpo de Cristo. Cuando Dios quiere hace de nosotros un apoyo especial de su acción, pero siempre actúa. Sólo que a veces nos ocupamos tanto de nosotros mismos que no le vemos, pero incluso entonces actúa. Otras veces nos depura de ese modo nuestro amor, que es el que mide nuestra cercanía a Dios. Yo creo que mi vocación es la de un locuelo que ama mucho a Jesús, a pesar de los pesares. Y seguiré haciendo el juglar de Dios, estando en su Presencia. Sin su Presencia me muero de aburrimiento.

sábado, 16 de mayo de 2009

Diálogo




Dialogar sí, pero no con la tentación. Eso es sinónimo de perder. Guerra al "estado de inocencia" natural. Eso es mentira. No somos lo que se dice naturalmente buenos, aunque sustancialmente sea así, pues estamos inclinados si estamos parados a que "accidentemos" Hay siempre que estar alertas. Tampoco se puede ir a toda leche, pues se pierde el sentido común. ¿Qué hacer?. Creemos que podemos por nuestras propias fuerzas y nos envalentonamos para hacer frente a las tentaciones, pero no es el camino. Nosotros, los que queremos luchar, sabemos que debemos estar listos a huir. En la guerra, tambien es así. Sabemos que el enemigo tambien huye. Y debemos darle caza o, al menos, preparar la guerra fuera de los muros capitales. Para que no destroce otras cosas, porque que huya no quiere decir que descansa. El demonio no descansa. El mal no deja de producir efectos, aunque no vaya directos contra nosotros. Nosotros igual, debemos huir de la lucha directa. Podemos ejercitarnos por medio de la oración, la amistad con Dios, con el sacrificio, con los sacramentos. Esa es nuestra lucha. Si pensamos que no tenemos necesidad, ya estamos perdidos. Esa es la "huida" del demonio. Nos deja en paz para que no acudamos a esos medios, a la oración, al sacrificio a los sacramentos. Nos hace creer que sin esos medios podemos ser igualmente felices, dioses. No es cierto. Sin esos medios no somos más que carnaza para que se avenga a nosotros no uno sino cientos de demonios, decía el Señor cuando expulsaba demonios.


Nuestra lucha no es contra enemigos poderosisimos, imaginarios, sino contra demonios muy concretos, de la concupiscencia de los ojos, de la soberbia de la vida, del ansia de poseer. Por eso, aunque sólo sea el Santo Rosario, debemos poner cada día la lucha en los medios positivos. Aunque solo sean retrasos en el fumar, en el comer, en callar la boca ante injusticias, en hacer deberes, en pequeñas pero muchas cosas, pero, sobre todo, en el espíritu de oración. En alzar los ojos a Dios para decirle, aquí estoy, en medio de las dificultades del día. Soy un pobre hombre, pero tú me ayudas. Y El nos pone a la vista los medios. La oración concreta con horario y los sacramentos. ¡¡¡Ay de mi que predicando estas cosas, no las ponga en práctica!!!. Propósito: programar unas normas de piedad, con un horario fijo. Confesión frecuente. Admitir que somos flojos y que solos no podemos. Abrir el corazón en la dirección espiritual con el sacerdote o con quien Dios nos pone para dirigirnos (exlcuyendo esposo/a, amiguetes, etc.), manifestando nuestros pensamientos, deseos, obras. ¡¡¡Eso sí que es un buen diálogo!!!. ¡¡¡y qué paz luego!!!


De ese modo, aprenderemos a dialogar con Dios, con nuestros semejantes, con quienes nos aman y con quienes creemos nos odian, pero son sólo instrumentos de Dios para nuestra santificación. Qué bien me hizo aquél consejo que me dieron de frecuentar la amistad con quien parecía peor me caía, lo tomé como mortificación, hasta que me dí cuenta que éramos hermanos y fue con quien mejor lo pasé durante un buen tiempo. ¡Qué buen ejemplo el de Juan pablo II con Ali Agca, que recientemente ha confesado su conversión del islam al catolicismo, y que saldrá liberado en enero, tras cumplir su condena!.

 
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