Como un niño, que aprende a clamar antes de amar, y a llorar antes que a orar, así soy yo.

viernes, 13 de marzo de 2009

San José




Estamos dentro de siete días otra vez en la fiesta de San José. Le tenemos como padre nuestro, por serlo de Jesús. Es el padre de la Iglesia. Patrono Universal de la Iglesia. Era un trabajador. Uno más entre sus semejantes. ¿No es éste el hijo del carpintero?. En los últimos tiempos, me acuerdo mucho del milagro obrado en la Iglesia convento de Santa Fe, Nuevo Mexico. Una Iglesia impresionante. Muy alta pero estrecha. Acaban las obras. El coro se hace mediante andamios y si se hace una escalera normal no hay espacio para los asientos. Necesitaban un carpintero especial, pues los contratados no saben cómo hacer. Rezan las monjas llenas de fe a San José. Llega al noveno día un carpintero. Empieza la obra. Se acaba dicen que a los seis meses y se va, sin decir quién es, ni cobrar un céntimo. Cada vez más surge la inquietud de justicia. Hasta que la fe reacciona. ¿Era el propio San José?. ¿Por qué?. Luego se van sabiendo detalles. 33 escalones. No hay sujección central. La madera no se encuentra en la región. Los ingenieros y arquitectos alucinan. ¿Cómo es que no se ha usado ni cola de pegar ni clavos? Algun agnóstico lo atribuye por sus propias investigaciones a posteriori a un ascendiente suyo, pero nadie comprende su testimonio, ni de dónde sale la madera ni su sujección. Hoy día lo visitan miles de peregrinos. Podemos ver más detalles en los enlaces puestos a continuación. Desde 1878 hasta nuestros días. 231 años han pasado, y siguen subiendo los 33 escalones. San José desde el coro del cielo estuvo contemplando la Pasión del Señor en su 33 aniversario. Trabajo y contemplación.






 
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