Como un niño, que aprende a clamar antes de amar, y a llorar antes que a orar, así soy yo.

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miércoles, 18 de febrero de 2009

SANTIAGO LINIERS URBINA

Virgen del Rosario ante quien se postró el virrey Liniers para conseguir la Reconquista de Buenos Aires, invocándola para mantener la religión católica entre los argentinos.

Virgen Blanca del Rosario cuya fiesta se celebra el día que falleció, 5 de agosto.





Semblanza del Excmo. Coronel D. Santiago Liniers Urbina Muguiro Melgarejo





Nació en Madrid el 18 de febrero de 1926 y falleció el 5 de agosto de 1994, a los 69 años de edad, víctima de un cáncer. Hoy compliría 83 años.





Sus padres,
1.- Manuela Urbina Melgarejo (de la rama de los marqueses de Rozalejo) , y
2.-Juan José Liniers Muguiro, cofundador de la Legión española, y último Jefe de la misma, que consiguió la paz con Marruecos. Su prestigio le llevó a renunciar al cargo ofrecido por Azaña, rompiendo el bastón de mando de la Legión y entrando en vigor el mismo día de la proclamación de la República su cese en el Ejército.






abuelos paternos,
1.- D. Santiago Liniers y Gallo-Alcántara. Primer titular del titulo Conde de Liniers personaje notable en la política española, son recordados sus artículos de aguda pluma, publicados en el periódico satírico La Gorda, que fundara con Juan José Herranz y José María Bremon. También colaboró en La Margarita y en el prestigioso órgano carlista La Esperanza, cuyo director era, su tío político, don Pedro de la Hoz. Funda, junto con otros, el diario Unión Católica que apoyó al movimiento político católico-liberal conducido por el célebre político Antonio Cánovas del Castillo. Fue gobernador civil de Madrid de 1899 a 1900, Diputado y Senador vitalicio desde 1900. Académico de la Lengua, formó parte de la Comisión especial para la reforma del Diccionario publicado por esa corporación. Es autor de un curioso artículo titulado “La Filocalia o arte de distinguir a los cursis de los que no lo son”. Por Real Despacho del 30 de agosto de 1900 se le concedió el título español de Conde de Liniers, también vistió el hábito de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza. Murió el 12 de mayo de 1908.-
2.- Y su abuela paterna, doña María Teresa de Muguiro y Cerrajería, de la Real Orden de Damas Nobles de la Reina María Luisa.

Abuelos maternos:

1.- RAFAEL DE URBINA Y CEBALLOS-ESCALERA, VIII Marqués de Rozalejo, senador electo por la provincia de Castellón de la Plana, 1910/1

2.- CONCEPCION MELGAREJO Y ESCARIO, 2ª Hija de José Tomás Melgarejo y Musso, Conde del Valle de San Juan, y de Rosalía de Escario y Molina.






Remontándonos dos generaciones más, desciende directo de su bisabuelo Mariano Tomás Liniers, padre del Conde, e hijo de Don Santiago Liniers y de Bremond, Conde de la Lealtad, Marino Ilustre de la Armada española, enterrado en el Panteón de San Fernando, Cádiz, y Virrey del virreintado del Rio de la Plata, reconquistador de Buenos Aires.







A la edad de cinco años padeció la pérdida de su padre, Juan José Liniers Muguiro, que murió de cáncer, a la edad de 53 años, quien había sido cofundador con Millán Astray de la Legión, dirigiendo el tercer tercio, y siendo su nombre incorporado al himno glorioso.


Su madre, viuda y con cinco hijos, consintió que a los 17 años de edad pudiera ingresar en el ejército, dándole la emancipación. Siguió caballería. Sus destinos fueron San Sebastian, El Pardo, de capitán, muchos años, en la Guardia civil, de comandante, en Pontevedra, y de teniente coronel estuvo de ayudante al servicio de su primo Tomas Liniers Pidal, jefe de Alto Estado Mayor.


Alto, moreno, ojos azules, bigote a los Clark Gable, con quien le confundían. Cuando montaba a caballo pesaba algo más de 50 kilos.


Su rasgo principal, la generosidad y su elegancia.


Su carácter amigable, suave en el corazón, pero firme en la conducta militar, guiado por sus ancestros militares.


Se casó con Doña Maria Teresa Del Portillo Diez de Sollano el 12 de octubre de 1951. La boda salió en la portada del suplemento del ABC, llevando Bellezas de España, por título.


Tuvo siete hijos. Si bien todos recordamos a la primera que murió poco después de ser bautizada, nuestra hermana Teresa. Luego vinieron los gemelos, despues de mi, inmediatamente, Myriam, José y Miguel.


Fue amigo de sus amigos, y con su conversación y aliento, en las cosas normales de la vida de paz que le tocó vivir, consiguió un ambiente social y familiar sano, libre, abierto y responsable.

Animó a los hijos de sus amigos concretando un proyecto de club hípico en El Pardo que fue la delicia de los amigos nuestros. Tambien fue socio del Club de Campo, donde pasábamos algunos domingos, de pequeños.

En su época dorada consiguió importantes éxitos hípicos, manteniendo los trofeos y llenando las vitrinas de la casa del Pardo, desde los años 50 hasta los 60. Fue profesor de equitación del entonces Príncipe Juan Carlos. No pudo participar, a pesar de clasificarse, para los juegos olímpicos de Roma, por rotura de la pierna del caballo.

Tenía y contaba anécdotas muy divertidas de su vida, como por ejemplo cómo su institutriz, rusa, que le enseño el francés antes que el español, llegaba tan puntual que si algun reloj estaba retrasado, se aprovechaba para poner la hora. O la del amigo que estando viendo una corrida de toros, le empujaron por atrás, cuando se acercaba el toro, y del susto, tuvo la fuerza de volver a su sitio de un solo salto y en la misma posición que había caído. Pocas veces hablaba de sí mismo.

Le gustaba la música de Dolores Pradera. Tambien solía ver el Concierto de Navidad de Viena.

Desde el año 1956, en que se hizo del Opus Dei, a través, decía él, o por intervención de una mujer, no dejó de ir ni un solo día a la Santa Misa, ya fuera a las siete de la mañana, ya a la hora que fuera. Siempre rezábamos los fines de semana a la hora de comer el ofrecimiento y la acción de gracias.No nos obligaba a nada más. Nosotros le adorábamos. Sólo una vez fui objeto de una severa reprensión, al pillarme en la despensa cogiendo alimentos a deshora, pero fue tan suave que me dolió más por su propio disgusto. Esa vocación al Opus Dei recibida, la entendió como un regalo del padre que nunca pudo tener y así se lo expresaba al Fundador San Josemaría. Una vez, con la confianza que ya tenía con él, le dijo por un "walki-talki" que estrenaba: “Pater, tu quasi omnia nostis, tu stis quia amo te”. Recordando la frase de Pedro a Jesús, Padre tú lo sabes todo, tú sabes que te amo. Le llamó a continuación y le dio una torta de cariño, pero sonora, reprendiéndole.

Era valiente y atrevido y deportista. Me enseñó personalmente a nadar, a cabalgar, a jugar al tenis.

Era mi padre, y ahora que está en el Cielo, le pido en primer lugar por su esposa viuda, mi madre, con 82 años, por todos sus hijos y nietos, que salgamos de estas crisis y de todos los contratiempos, como él supo afrontar su enfermedad última, hasta dar su vida por Dios, la Iglesia, el Opus Dei y sus hijos. Yo fui el último en el lecho del dolor, de ser besado por él, en recibir así su bendición paternal aquél 5 de agosto de 1994. Besó a todos sus hijos. Y nos decía nos veremos en el valle de Josafat. Nunca te olvidaré, Papá. Estás en mi corazón y siempre será así, a pesar de mis muchos defectos. Ese día me diste un beso y entregaste tu corazón poco después. Pide a la Virgen María, nuestra Madre, que tanto cariño te tenía (¿te acuerdas de las romerías que organizaste en mayo a la virgen de la encina?), que le devolvamos a Ella ese beso en su belleza blancura, nos limpie de todo mal, y nos lleve a su presencia, todos juntos, como siempre hemos estado y de Ella a Cristo, y así a la Trinidad Santísima. María madre y siempre protectora de los Liniers, protégenos. Amén.




 
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