Como un niño, que aprende a clamar antes de amar, y a llorar antes que a orar, así soy yo.

martes, 17 de marzo de 2009

El Papa católico ecuménico





El próximo 19, es el santo del Papa, Joseph Ratzinger. Su semblante alegre producto de su fe inmensa, de su trabajo intelectual que no le agota, de su ofrecimiento constante a Dios, de su perseverancia en la doctrina y en la vida eclesiástica. Tiene esa gracia especial que Dios da a determinadas personas de evitar en lo más mínimo apartarse de Dios. Como santa Teresita de Lisieux, la gracia que decía ella tener de adelantarse a las caídas antes de que se produzcan. Es una persona, un cristiano coherente en toda su vida con la fe. No deja ni un momento nada al azar, pues la fe no consiste en algo separado de la vida. Fe y vida, Vida y razón, amor y esperanza.


Es una persona extraordinariamente normal. Cariñosa, detallista, amable, sencilla, con los pies en la Tierra y la cabeza en el Cielo.


Sus cartas son eso, cartas. No tratados dogmáticos eternamente elevados. Sino aplicables a la vida, a la familia, a la sociedad, al Estado, a la mujer, al hombre, al niño al adulto, al pobre y al rico, al trabajador manual, al intelectual pero al concreto no al abstracto. A todos, porque a todos ha venido a salvar nuestro Señor.


Es una persona que habla con autoridad. No como quien no sabe lo que dice o hace, no es un fundamentalista dirían ahora algunos, sino que dialoga, razona, estudia, aprende, corrige, corrige aprendiendo y aprende corrigiendo. No es un idealista (hegeliano) ni un materialista (marxista), sino que el amor de Dios que le inspira, actua como aceite y motor del mundo formado de mente, espíritu y materia, sin interrupciones. Actúa porque ora, ora porque actúa. Ama aporque cree, cree porque ama. Espera porque cree, cree porque espera y ama.


Es el representante de Dios en la Tierra, es la Cabeza visible de la Iglesia, es el Pastor de las almas universales, además de tener jurisdicción territorial sobre Roma, tambien la tiene personal sobre las demás jurisdicciones. El es jerarquía obediente a Dios, él es cauce caudaloso de la Palabra de Dios, que llega a todos. El es uno, santo, católico, apostólico y romano. Nosotros los católicos somos romanos, porque estamos unidos en el amor. ¿Quo vadis?. Cuándo han habido apartamientos de esta territorialidad/espiritual o encarnación visible de la unidad de Dios y de su Iglesia, han habido momentos drásticos en la vida de la Iglesia. Pensemos en el Papa Luna, y en los papas de Avignon. Voy a ir a morir en la Cruz nuevamente. El Papa es la imágen de la Cruz de Cristo en la Tierra. Así es como murió San Pedro, en una cruz con la cabeza abajo. Así es nuestro Papa: una cruz silenciosa, la sombra de la Cruz de Cristo en el mundo. Una Cruz que no pesa porque la lleva El. Una cruz aceptada, alegre, vivificante, luminosa.


Omens cum Petru ad Iesus per Mariam!. Todos con Pedro a Jesús por María!!!.

2 comentarios:

Gloria dijo...

Querido Alvaro, me ha gustado mucho esta reflexión sobre el Papa, te dirñe que ahora que leído Encíclicas de él ha sido todo un descubrimiento para mí, me encanta, yo le había leído cuando era sólo Razstinger (nunca me acuerdo como se escribe) por que era muy amigo de Monseñor Medina (que yo trabajé con él) pero me han gustado sus encíclicas. te mando un abrazo. Gloria

Alvaro dijo...

Es un roble, o un ciprés. Más bien una roca. No sabia que estabas tan dedicada a la acción pastoral, ¡qué bien!. Ahora rezaremos por los frutos del viaje del Papa a Africa.

 
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